Cada click, búsqueda, like, comentario, descarga, compra, llamada, mensaje o publicación que se hace en internet -además de las fotos y videos que se suben y el lenguaje que se utiliza para comunicarse- dejan un rastro. Este conjunto de acciones, que definen la identidad virtual de las personas con base en sus preferencias e intereses, se conoce como huella digital.
Explica Adrián Villar, Jefe de Seguridad informática de Seguros SURA Argentina, que “Si no se realiza una gestión adecuada de esta información, grupos de ciberdelincuentes o personas malintencionadas con conocimiento en técnicas de ingeniería social pueden aprovecharla con fines maliciosos. Dichas técnicas se fundamentan en la manipulación no solo para seducir a las personas con publicidad y lograr que compren un producto, sino que, en muchos casos, los llevan a compartir datos privados que los exponen, por ejemplo, al fraude electrónico y a la suplantación de identidad”.
Algunas acciones de los ciberdelincuentes son:
· Phishing: el phisher o estafador se hace pasar por otra persona o por empresas confiables y reconocidas mediante mensajes de correo electrónico, WhatsApp o redes sociales para obtener datos confidenciales o financieros. Por ejemplo, contraseñas y números de tarjetas de crédito.
· Smishing: se basa en el uso de mensajes de texto para llevar a las personas a sitios web fraudulentos en los que capturan su información.
· Vishing: llamadas telefónicas en las que se hacen pasar por alguna entidad que ofrece una promoción o regalo; o también, por un familiar en problemas. Lo que buscan es que se brinden datos personales o les transfieran dinero.
· Suplantación de identidad: se hacen pasar por personas en internet para realizar actividades maliciosas que afectan, incluso, a su círculo más cercano. Con esta modalidad, las personas pierden el control de sus cuentas financieras y digitales, correos y líneas telefónicas, lo que muchas veces impide tener acceso a las alertas y notificaciones de acciones hechas por terceros.
. .
Comentarios