Escuchando el pasado: historia de los auriculares y la evolución de cómo escuchar música



Hoy son una parte esencial de nuestras vidas: para concentrarnos, correr, caminar, ir al gimnasio, pasear, conectarnos profundamente con los sonidos y olvidarnos del mundo, escuchar el programa o el podcast preferido, grabar discos, hacer radio, viajar y mil situaciones más.   

Lo cierto es que, a lo largo de los años, hemos sido testigos de una transformación prodigiosa en el mundo de los auriculares. Desde su origen como accesorios rústicos y voluminosos hasta convertirse en piezas de tecnología inalámbrica pequeñas y con tecnología de avanzada, los auriculares han transitado una evolución impresionante que ha redefinido la forma en que experimentamos el sonido.

 

En sus inicios, los auriculares eran grandes y se conectaban por cables a fuentes de sonido como telégrafos y radios, lejos de ser portátiles y cómodos. Y,  aunque en la década del 20´ comenzaron a adentrarse en la industria musical, se limitaban principalmente a estudios de grabación y estaciones de radio, ofreciendo un sonido débil y sin la maravilla del estéreo.

 

Sin embargo, de estos modestos comienzos surgió una gama de auriculares de alta fidelidad, inalámbricos y con cancelación de ruido que hemos llegado a calificar de “indispensables” en nuestra vida moderna. Para llegar a este punto, muchas historias de trabajo e innovación transcurrieron en un apasionante recorrido a través del tiempo.

 

El origen de la experiencia de sonido moderno: los primeros auriculares

 

El origen de los auriculares se remonta a finales del siglo XIX, cuando el ingeniero eléctrico francés Ernest Jules Pierre Mercadier patentó en 1891 su innovadora creación destinada a mejorar las comunicaciones telefónicas. Su objetivo era elevar la calidad de la conexión y ofrecer mayor privacidad y comodidad en las conversaciones.

 

Sin embargo, el reconocimiento como creador de los auriculares se le atribuye al inventor estadounidense Nathaniel Baldwin en el año 1910. Baldwin, un ingeniero e industrial, ideó estos dispositivos como amplificadores para teléfonos y radios, siendo utilizados como herramientas esenciales en la comunicación de la época.

 

En sus inicios, los auriculares eran pesados y voluminosos, con almohadillas incómodas. Extrañamente, Baldwin nunca patentó su invento, considerándolo en su momento de poca relevancia, lo que hace aún más fascinante su historia.

 

 

La evolución sonora del auricular

 

La evolución del sonido en los auriculares ha sido un viaje marcado por innovaciones revolucionarias y nombres legendarios en la industria.

 

Todo comenzó en 1937 cuando la compañía alemana Beyerdynamic desarrolló los primeros auriculares dinámicos, el modelo DT 48. Estos auriculares, con una bobina de cable que los conectaba, sentaron las bases de la alta fidelidad en el audio, una tradición que perdura hasta hoy. Beyerdynamic se destacó como la primera empresa en llevar sus auriculares al público en general, dando inicio a una era de avances en la experiencia auditiva.

 

En 1958, la colaboración entre el músico John Koss y un ingeniero dio lugar a los primeros audífonos incluidos en un fonógrafo de la marca Kross. Fue una innovación que conquistó al mundo de la música y atrajo a personalidades como Tony Bennett.

 

El walkman: un antes y un después

 

La llegada del Walkman en 1979 cambió para siempre la forma en que disfrutamos de la música al hacerla portátil y accesible para todos. A partir de entonces, los auriculares se volvieron livianos y compatibles con varios modelos, marcando un antes y un después en la experiencia de audio.

 

La década de 1980 trajo consigo la tecnología de cancelación de ruido, gracias al Dr. Amar Bose, que permitió disfrutar de un sonido de alta calidad en entornos ruidosos, como aviones y trenes.

 

Sennheiser nuevamente se destacó en 1991 con los audífonos electrostáticos Orpheus, considerados los mejores del mundo durante décadas debido a su calidad de sonido sin precedentes y su exquisita artesanía.

 

A medida que avanzamos en el nuevo milenio, los auriculares se adaptaron a las preferencias de los usuarios, siendo más pequeños y aislantes, con una transición hacia auriculares que encajaban en las orejas.

 

En 2008, se introdujo el primer auricular con sistema de cancelación de ruido digital, capaz de bloquear hasta un 99% del ruido en un rango de 160 Hz. Y fue también en ese año que los auriculares más grandes volvieron a estar de moda gracias al rapero Dr. Dre, quien buscaba mejorar la calidad del sonido.

 

Nuevo salto: los inalámbricos

 

En 2011, los primeros auriculares surround 3D llevaron la experiencia auditiva al siguiente nivel, con modos diseñados para películas, voz y juegos. Luego, en 2016, surgieron los primeros auriculares inalámbricos, más livianos y compactos.

 

Ya en 2022, Sennheiser lanzó Momentum True Wireless 3, un auricular inalámbrico con cancelación de ruido activa (ACN),  controladores dinámicos de 7 nm y opciones en el software para definir el audio gracias a Sound Personalization. 

 

Casi terminando 2023, la búsqueda de la perfección en la experiencia auditiva no se detiene y aún promete novedades.

 

 

Los auriculares del futuro

 

El futuro de los auriculares promete emocionantes avances que transformarán aún más nuestra experiencia auditiva. Los especialistas anticipan mejoras sustanciales en la carga inalámbrica, extendiéndola más allá de las gamas altas, lo que permitirá una mayor comodidad en el uso diario. Además, se espera un aumento significativo en la duración de la batería y velocidades de carga más rápidas, eliminando las preocupaciones de quedarse sin energía en momentos críticos.

 

Los avances en la cancelación de ruido activa prometen sumergirnos en un mundo de sonidos nítidos y puros, mientras que la mejora en la conectividad, el emparejamiento simplificado y la integración con asistentes virtuales y sistemas operativos móviles nos brindarán un control y accesibilidad sin precedentes. El diseño y la comodidad también recibirán atención especial, con auriculares personalizables y un control de usuario más intuitivo a través de aplicaciones y una menor latencia.

 

Ante esta evolución que no cesa, la pregunta que surge es: ¿qué más tiene para ofrecernos la tecnología para seguir sumergiéndonos aún más en la música? ¿Seguiremos sorprendiéndonos con las innovaciones futuras o ya estamos en el máximo esperable? Los expertos tienen la última palabra.

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