🎮 Jugar en familia: cómo Xbox Game Pass une generaciones a través de los videojuegos

En la sala de estar de muchos hogares argentinos, padres e hijos comparten hoy un mismo espacio digital: los videojuegos. Lo que hace apenas unas décadas parecía un pasatiempo adolescente, se transformó en un puente generacional donde la nostalgia de los adultos se cruza con la curiosidad de los más chicos. Y en ese terreno común, Xbox Game Pass se consolida como el gran conector.

Lejos de la idea de que los videojuegos aíslan, cada vez más familias encuentran en esta plataforma una oportunidad para pasar tiempo juntos. Mientras algunos padres reviven clásicos como Halo, Age of Empires II o Tony Hawk’s Pro Skater, sus hijos descubren universos como Minecraft, Palworld o Stardew Valley. La misma consola, distintas épocas, una sola experiencia compartida.

“Game Pass no es solo una biblioteca de juegos, es un espacio de encuentro”, explica Jesús Grovas, Líder de Comunicaciones de Xbox LATAM. “Permite a las familias compartir momentos, aprender unos de otros y disfrutar juntos”.


Un catálogo pensado para todos

El servicio ofrece desde aventuras colaborativas como LEGO Star Wars: The Skywalker Saga hasta partidas caóticas y divertidas en Overcooked! 2 o Moving Out 2. También hay lugar para la competencia amistosa con Forza Horizon 5 o EA SPORTS FC 24.

Pero más allá del entretenimiento, muchos títulos invitan a conversar sobre emociones, decisiones y valores. Juegos como Spiritfarer o Unpacking se convierten en disparadores de charlas familiares poco habituales en otros ámbitos.


Aprender jugando

Además de fortalecer vínculos, los videojuegos fomentan habilidades como la lógica, la creatividad y el trabajo en equipo. En Minecraft o Grounded 2, por ejemplo, padres e hijos deben colaborar para resolver problemas y construir soluciones, trasladando la experiencia virtual a la vida real.


Seguridad digital para los más chicos

Un punto clave es el control parental. Con la app Xbox Family Settings, los padres pueden gestionar qué juegos están disponibles, cuánto tiempo se juega y con quién se conecta cada integrante de la familia. De esta manera, la diversión también es sinónimo de tranquilidad.

En tiempos donde la tecnología muchas veces separa, la propuesta de Xbox apunta a lo contrario: usarla para unir. Porque si algo demuestra Game Pass es que jugar juntos no tiene edad.

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